La tierra le dio abrigo a la semilla
Y en su vientre fue nutriendo la raíz
Luego la lluvia de un mayo feliz
Dio al nuevo roble su soplo de vida
Creció hasta lograr magnífica altura
Supo dar frutos, aún en pobreza
Y aunque el vivir le dio dura corteza
Su corazón desbordaba ternura
Sumó muchos años, muchos latidos,
Muchas pasiones, amores por cientos
Hasta que un día de marzo su aliento
Ya no fue más que el de un árbol caído
Pero ¿Quién dijo que el roble está muerto?
Si aún yo lo siento, el roble está vivo
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